Sintagma verbal



El grupo de palabras que tiene como núcleo un verbo se denomina sintagma verbal. En español el (SV) tiene la función de predicado en una oración.

Semánticamente, los verbos son unas formas especiales del lenguaje por las que pensamos la realidad como un comportamiento del sujeto. Dicha realidad puede ser de varios tipos:

En cuanto a su forma, el verbo posee morfemas de modo, tiempo, persona, número voz y aspecto.

Establecida la importancia del verbo como núcleo del sintagma verbal, intentaremos a continuación dar una visión limitada de algunas de sus características.

El verbo

Parte de la oración, que funciona como núcleo del predicado e indica proceso, acción o estado.

Forma

Presenta formas simples, que constan de una sola palabra: canto, temía, partiré; formas compuestas constituidas por dos o más palabras y que son los llamados tiempos compuestos: he cantado, hubiera temido, habrá partido y además perífrasis verbales: tengo que cantar, volvió a temer, voy a partir. Admite las categorías gramaticales de tiempo, aspecto, modo y voz, además de las de persona, que comparte con los pronombres personales y posesivos, y la de número que se da también en el sustantivo y el adjetivo. Carece de género, excepto el participio.

Para que veas el verbo en sus diferentes formas, proveemos un conjugador verbal.

Categorías verbales

Número

El número del verbo es una marca de concordancia impuesta por el sujeto. Las formas verbales pueden ir en singular: yo hablo o en plural: nosotros hablamos. No presentan variaciones de número las formas no personales o verboides del infinitivo y gerundio: hablar, hablando. Los verbos unipersonales sólo presentan formas verbales en singular, por su referencia nocional de la impersonalidad: nieva, nevaba. A veces, aparecen usos verbales que presentan una relación especial de concordancia con el sujeto, el verbo puede aparecer en plural con sujetos en singular: Eso son amores; este tipo de discordancia es aceptada porque responde a razones de significación o de sentido, porque, aunque el sujeto vaya en singular tiene significado de plural.

Persona

La persona del verbo varía, de acuerdo con las personas gramaticales que el sujeto presenta, afecta también a los pronombres personales y a los posesivos. La persona remite a los interlocutores del discurso, según el eje básico hablante-oyente, yo-tú. Las personas son: primera, segunda y tercera, en singular: yo amo, tú amas, él ama, o plural: nosotros amamos, vosotros amáis, ellos aman. Hay que señalar algunas excepciones de algunos verbos y formas verbales, que sólo se utilizan en tercera persona de singular, como los verbos unipersonales: Nieva, y algunos verbos defectivos: Atañe. Las formas no personales o verboides carecen de persona: comer, comiendo, comido. El imperativo sólo tiene segunda persona.

Modo

El morfema verbal de modo indica la actitud del hablante ante el enunciado y significación verbal: la actitud puede ser objetiva o subjetiva. Ésta puede presentarse como un hecho cierto, o bien, considerar que su realización será más o menos incierta, virtual, hipotética, deseable, deseada, dudosa… Es una categoría específica del verbo. Si el hablante expresa la realidad de forma objetiva, sin tomar parte de ella, utilizará el modo indicativo, el modo de la realidad: Sergio estudia mucho; Hace calor; Mañana iremos al cine. Si el hablante participa en el enunciado, expresa de una forma subjetiva deseo, duda, temor…, utilizará el modo subjuntivo de la no realidad, de la representación mental: Ojalá tenga suerte; Es posible que lo haga. La gramática tradicional distingue cuatro modos verbales: indicativo, subjuntivo, condicional e imperativo, en realidad son dos los modos verbales: indicativo y subjuntivo, que corresponden a la doble actitud posible del hablante ante el enunciado: objetiva y subjetiva.

Los modos tradicionales imperativo y condicional no son más que variantes del modo subjuntivo y del modo indicativo: el imperativo del subjuntivo y el condicional del indicativo.

El modo indicativo es el modo actualizador por excelencia. Sus formas sitúan el acontecer en un lugar y momento dados. Sus formas verbales expresan que el hablante considera la acción o proceso como algo perteneciente a la realidad, que posee existencia objetiva: El muchacho está aquí. Había acudido mucho público. Iré a tu casa hoy.

El modo subjuntivo es el modo de lo virtual, ofrece la significación del verbo sin actualizar y a él pertenecen las formas verbales con las que el hablante considera la acción o proceso como algo irreal, como un hecho que existe en su pensamiento pero al que no puede atribuir fuera de éste, existencia real con seguridad: Espero que estés en casa; Ojalá lo hagas; Acaso vaya.

El modo imperativo expresa mandato u orden, función apelativa, se utiliza exclusivamente en situación de discurso. El mandato es la subjetivación del enunciado con matiz significativo optativo en grado máximo, sólo se utiliza en la segunda persona. Así, el imperativo queda incluido por su significado verbal en el modo subjuntivo. En su uso se confunde o alterna con el subjuntivo. El imperativo sólo acepta forma afirmativa: Ven tú. Venid vosotros. La forma negativa de mandato se expresa en presente de subjuntivo: No lo hagáis. Para expresar mandatos indirectos u órdenes referidas a otras personas gramaticales, que no sea la segunda, se utiliza también el presente de subjuntivo: Lo digan ellos.

El modo condicional es un tiempo verbal creado en las lenguas románicas, no existía en latín. Procede de la perífrasis latina del pretérito imperfecto de indicativo + infinitivo: Amaría de amare habebam. A lo largo de la historia de la lengua, el condicional ha presentado vacilaciones significativas de uso e incluso terminológicas. En principio, se denominó modo potencial, por su significación hipotética o posible: Me compraría un carro si pudiera; en la actualidad la Real Academia Española lo denomina condicional, por influjo de la gramática francesa y por ser el tiempo característico de las condicionales. Por su significado, es un futuro hipotético, indica siempre una acción futura respecto a otra. Se incluye como variante de modo indicativo, porque el hablante lo utiliza como expresión de una acción real. En el uso actual se sustituye o alterna con el pretérito imperfecto de indicativo en las oraciones condicionales: Si tuviera dinero, me compraría una casa o me compraba una casa.

Tiempo

El tiempo es la categoría gramatical que ubica el acontecer del verbo en el imaginario eje del tiempo natural o real del hablante. Se trata de una categoría deíctica. El tiempo es un concepto de medida; el hablante necesita expresar la fecha de las acciones, o comportamientos que expresa con el verbo, y para ello utiliza un segmento imaginario, en el que el punto de partida es presente, todo lo anterior es pasado y lo que queda por venir, futuro. La oposición básica se establece entre el presente, el pasado y el futuro, acción simultánea, anterior y posterior respectivamente al ahora del hablante. El presente es puntual, pero en la conciencia del hablante abarca lo que acaba de ser presente y es pasado y lo que es todavía futuro, pero que va a ser presente de inmediato. El hablante, la realidad que mejor conoce es la que ha vivido, la que se ha dado en el pasado. La realidad del presente la conoce, pero no la ha asimilado, y la realidad del futuro la desconoce. Por eso, en la conjugación española hay más tiempos verbales en el pasado que en el presente y en el futuro.

Los tiempos verbales del modo indicativo son:

Tiempos del presente: amo, temo, parto; pretérito perfecto: he amado, he temido, he partido.

Tiempos de pasado: pretérito imperfecto: amaba, temía, partía; pretérito indefinido o pretérito perfecto simple: amé, temí, partí; condicional simple: amaría, temería, partiría; pretérito pluscuamperfecto: había amado, había temido, había partido; pretérito anterior o copretérito: hube amado, hube temido, hube partido; condicional compuesto: habría amado, habría temido, habría partido.

Tiempo del futuro: futuro simple: amaré, temeré, partiré; futuro compuesto: habré amado, habré temido, habré partido.

Voz

La voz es la categoría gramatical que indica si el sujeto realiza la acción, la recibe o la sufre. Hay dos voces, activa y pasiva. La voz activa indica que el sujeto gramatical coincide con el agente de la acción expresada por el verbo, acción que se ejerce sobre un objeto: Pedro compró una casa. En la voz pasiva, el sujeto no realiza la acción, sino que la recibe o padece, el sujeto coincide con el objeto. El agente puede estar especificado o no: La casa fue comprada por Pedro. El verbo español ha perdido las formas propias de la voz pasiva latina, para su expresión se utiliza el verbo ser más el participio del verbo conjugado, en concordancia con el sujeto: El león es temido; Los leones son temidos. No existen, en español, morfemas específicos de voz. Sólo admiten la voz pasiva aquellos verbos que pueden usarse como verbos transitivos.

Otra forma de expresión de la voz pasiva es la pasiva refleja, que aparece en construcciones en voz activa con el pronombre se y significado pasivo: Se abren las puertas de la catedral a las diez. El sujeto gramatical las puertas recibe la acción del verbo (abren: son abiertas). Se, morfema indicativo de voz pasiva, indica que el sujeto gramatical debe interpretarse como objetivo.

Aspecto

El aspecto es el morfema verbal que indica el tiempo interno de la acción expresada por el verbo: Luis amó, Luis amaba, nos indica si la acción verbal ha acabado ya (amó), o si está en proceso o desarrollo (amaba). El aspecto no supone, a diferencia de la categoría tiempo, ubicación alguna, pero sí tiene en cuenta, al considerar la acción aislada, el factor temporal que subyace a su realización, desarrollo y conclusión. Por ello, aunque no se confunden, existe una relación entre ambas categorías. No indica si la acción es presente, pasada o futura respecto al momento del hablante, sino que indica la medición interna del proceso verbal con referencia al término o transcurso del mismo proceso: amó, amaba indican acciones que ya se han dado en el pasado, pero amó indica que la acción ya se había acabado en ese momento del pasado, y amaba expresa que la acción seguía realizándose en el pasado.

El aspecto verbal puede ser: aspecto perfectivo el que indica que la acción verbal se representa como acabada: Yo amé. He terminado mis estudios. Aspecto imperfectivo indica que la acción se representa en un proceso sin indicar si éste ha acabado: Yo amo; Terminaré mis estudios. En español el aspecto se expresa mediante procedimientos gramaticales, terminaciones verbales o léxicas, perífrasis verbales: He estudiado (perfectivo) o yo he de estudiar (imperfectivo). En español, todos los tiempos simples, excepto el pretérito perfecto simple, indican el aspecto imperfectivo, y, todos los tiempos compuestos y el pretérito perfecto simple, el aspecto perfectivo.

Función

La función privativa del verbo es ser núcleo del predicado, a él se refieren directa o indirectamente todos los complementos del sintagma.

Clases de verbos

Desde un punto de vista formal los verbos pueden ser regulares, irregulares y defectivos. Según criterios morfosintácticos, los verbos se clasifican en verbos auxiliares, plenos, copulativos, predicativos, transitivos, intransitivos, pronominales, regulares, irregulares y defectivos, y según su significado léxico en verbos perfectivos e imperfectivos, incoativos, frecuentativos e iterativos.

Verbos regulares e irregulares

Los verbos regulares son los verbos que en las distintas formas que pueden adoptar en su conjugación se ajustan siempre a las formas del verbo que se toma como modelo en la conjugación a la que pertenece. Saltar, partir, amar.

Los verbos irregulares son aquellos que no siguen los modelos clásicos de la conjugación, ya que presentan alteraciones en la raíz o en el lexema: cuelo de colar, debía ser colo; en el morfema o terminación: anduve, de andar, debería ser andé, o en ambas partes a la vez: puso, de poner, debería ser ponió. Las irregularidades de las formas verbales están motivadas por transformaciones fonéticas que han sufrido estas formas a lo largo de la historia de la lengua, y que han llegado a soluciones múltiples, por lo que no es fácil agrupar las irregularidades de los verbos españoles ni reducirlas a reglas fijas. Se clasifican en verbos irregulares totales y verbos irregulares parciales.

Los verbos irregulares totales son los que cambian totalmente de forma en su conjugación. Son los verbos ir: yo voy, tú ibas, él fue, y ser: nosotros somos, vosotros erais, ellos fueron. Los verbos irregulares parciales son los que cambian sólo en parte, en las distintas formas que presentan en su conjugación, son todos los verbos irregulares excepto ser e ir: anduvo, piensas, tuvo, tendríamos.

Verbos defectivos

Los verbos defectivos no son verbos irregulares desde el punto de vista formal, sino que carecen de algún tiempo o persona; unas veces, por su especial significado, y otras, por dificultades de pronunciación. Así, son defectivos los verbos impersonales que, por su significación de fenómenos atmosféricos o de naturaleza sólo se utilizan en tercera persona de singular: amanecer, anochecer, llover, nevar, tronar, granizar… Hay otros verbos defectivos de uso frecuente: balbucir, balbucí; agredir, agredió; abolir, abolió; transgredir, transgredió; atañer, atañe; concernir, concierne; soler, suele, solía, solió.

Verbos auxiliares
Los verbos auxiliares son los que han perdido o debilitado su significado verbal, y se utilizan para la conjugación de otros verbos como haber, que se utiliza para la formación de los tiempos compuestos: he comido, y ser, que se usa para la conjugación en voz pasiva: Él era admirado. Otros se emplean en combinaciones con formas no personales del verbo de significado pleno y forma una perífrasis verbal o frase verbal que pueden ser aspectuales: está durmiendo, volvió a hablar.

Verbos plenos

Los verbos plenos son aquellos que poseen contenido semántico pleno: comer, golpear, llorar, dormir.

Verbos copulativos

Los verbos copulativos tienen como función servir de nexo o unión entre el sujeto y un elemento nominal o adjetivo, que le es atribuido: Luis es listo. Pedro es arquitecto. Son los verbos ser y estar, aunque funcionan como copulativos otros verbos: quedar, permanecer, encontrarse: El niño se encuentra enfermo, La niña permanece tranquila.

Verbos predicativos

Los verbos predicativos son los que tienen significado pleno y constituyen el núcleo sintáctico y semántico del predicado: el perro duerme, el obrero trabajaba.

Verbos transitivos e intransitivos
Los verbos transitivos son aquellos que necesitan de un objeto o complemento directo para completar su significación: Juan come verduras.

Los verbos intransitivos son los que no necesitan un complemento directo, tienen significado completo: Juan corre. Aunque en el uso lingüístico, los verbos no son en sí mismos transitivos o intransitivos, sino que se denominan así, según su uso: Juan come patatas, uso transitivo, y Juan come mucho, uso intransitivo. No obstante, hay verbos que se utilizan casi siempre como intransitivos: vivir, caminar, existir, nacer, morir. Y otros casi siempre acompañados del complemento directo: hacer, tener, comer: Yo hago secundaria. Hizo su trabajo; Él tiene calor; Él comió chocolate.

Verbos pronominales

Los verbos pronominales son los que se construyen con pronombres reflexivos, de igual persona que el sujeto del verbo: marcharse, arrepentirse, avergonzarse, alegrarse, asombrarse… A este grupo pertenecen los verbos reflexivos, que los hay de dos tipos: reflexivos formales, los que tienen forma reflexiva pero no valor reflexivo; la acción no recae sobre el sujeto que la realiza: Juan se atreve; y reflexivos gramaticales, aquellos en los que el sujeto es a la vez objeto de la acción: lavarse, peinarse…: Sergio se lava. Daniel se peina. Verbos recíprocos son los que implican a varios sujetos que realizan la misma acción y la reciben mutuamente: Daniel y Sergio se pelean.

Verbos impersonales

Los verbos impersonales son aquellos que carecen de sujeto: Nieva, llueve, truena. Son los llamados verbos de la naturaleza y también unipersonales, pues sólo se utilizan en tercera persona de singular.

Estilística de las formas verbales

Cada tiempo y modo del verbo tiene un valor estilístico del que se sirve el hablante para expresar su estado anímico, independiente del momento temporal real en que pase la acción, aunque siempre ligado a los significados de los tiempos y modos verbales.

Modo indicativo

El presente indica que la acción expresada por el verbo se da en la época misma en que se habla: Luis vive en Guadalajara; Sergio trabaja aquí. Puede presentar matices temporales específicos:

El presente puntual se refiere a nociones momentáneas que se desarrollan en el momento presente del hablante: dispara.

El presente histórico indica hechos pasados y que ya son historia, porque han ocurrido con anterioridad: Colón descubre América en 1492. Es una forma típica de los escritos de carácter histórico y narrativo. El hablante intenta acercar y revivir aquellos hechos ocurridos en el pasado.

El presente por futuro expresa acciones que van a ocurrir en un momento posterior: La semana próxima empiezo a trabajar. El hablante expresa una convicción o seguridad de que los hechos ocurrirán.

El presente ingresivo indica acciones que están a punto de realizarse: Ahora mismo voy.

El presente imperativo expresa obligatoriedad, tiene valor de futuro, y es utilizado para expresar un mandato: Tú te vas ahora de mi casa.

El presente actual indica una acción que se está realizando en el momento presente, y que se amplía tanto hacia el pasado como hacia el futuro: Vivo en Guadalajara.

El presente habitual indica una repetición de acciones o procesos que se dan en la época del hablante: Me levanto a las ocho.

El presente persistente no expresa limitación temporal alguna, y se refiere a nociones o valores universales y eternos: La justicia es necesaria.

El presente gnómico aparece en refranes, proverbios máximas…, que tienen valor no sólo en el momento actual sino en cualquier tiempo: A quien madruga, Dios le ayuda.

El pretérito imperfecto indica la duración en el pasado: Yo me iba cuando tú llegaste. Expresa una acción inacabada, es como un presente en el pasado. Se emplea en las narraciones y descripciones y puede emplearse con valores específicos.

El pretérito imperfecto de cortesía tiene valor de presente, y se utiliza para expresar un ruego o pregunta a una persona con quien no se tiene suficiente confianza: Quisiera pedirle su ayuda, en vez de quiero pedirle…

El pretérito imperfecto de opinión tiene valor de presente, se utiliza en enunciados de opinión: Yo creía que eso era otra historia, en vez de yo creo…

El pretérito imperfecto imaginativo tiene valor de presente y se refiere a hechos imaginados o soñados. Es muy utilizado en el lenguaje popular y en el lenguaje infantil: Yo me comía ahora mil pasteles.

El pretérito imperfecto hipotético o condicional se utiliza en las oraciones condicionales en lugar del condicional, expresa una acción posible de ser realizada: Si tuviera dinero, me compraba una casa.

El pretérito perfecto simple o pretérito indefinido indica una acción que ha ocurrido en el pasado: llegué, vi… No expresa matices significativos especiales, ya que expresa siempre hechos que han ocurrido en el pasado, indica una acción pasada sin ninguna conexión con el presente, la acción ha terminado totalmente: El verano pasado estuve en la playa. Pero en su uso lingüístico alterna y se confunde con el pretérito perfecto compuesto.

El futuro simple o imperfecto indica acciones que se van a realizar: Iré a tu casa. Su valor significativo indica imprecisión temporal y cierta eventualidad, su uso es muy escaso en el lenguaje coloquial, sobre todo en ciertas zonas de Latinoamérica, donde es desplazado con frecuencia por formas del presente de indicativo y por la perífrasis obligatoria de infinitivo: Pedro llegará el lunes, Pedro llega el lunes, Pedro ha de llegar el lunes. Entre los valores específicos del futuro se encuentran:

El futuro exhortativo expresa obligatoriedad o mandato: No matarás.

El futuro de cortesía lo utiliza el hablante para suavizar la brusquedad de una petición: Ustedes me dirán por díganme.

El futuro de probabilidad indica duda, incertidumbre: Serán las doce. ¿Quién llamará a estas horas?

El futuro de sorpresa tiene valor de presente, sirve para expresar el asombro que produce alguna acción o comportamiento: ¡Si será torpe este muchacho!

El futuro histórico tiene valor de pasado, y lo utiliza el hablante para hacer referencia a un hecho histórico anterior del que se va a informar, y quiere adelantarlo: Lope de Vega nos ofrecerá en su dramaturgia un gran avance histórico.

El condicional simple indica una acción futura e hipotética respecto a otra acción que expresa posibilidad: Si estudiara, aprobaría. Es el tiempo típico de las oraciones condicionales. Es frecuente el uso del condicional como expresión de cortesía y de opinión: Me gustaría decirle… Quería pedirle un favor, o como valor de probabilidad: Serían las diez.

Los tiempos compuestos guardan una relación significativa con los tiempos simples de los que se derivan, y además del valor significativo temporal que les es propio, suelen coincidir con los tiempos simples correspondientes en los usos especiales.

El pretérito perfecto expresa una acción pasada pero que dura en el presente del hablante: Hoy me he levantado temprano, se relaciona con el pretérito perfecto simple. Modernamente, se tiende a fundir los dos usos en uno, con predominio de una u otra función verbal, según los hábitos lingüísticos. En Madrid se prefiere el pretérito perfecto y se emplea para significaciones que antes correspondían al pretérito perfecto simple o indefinido: El mes pasado me he comprado un coche, en parte de Castilla y en gran parte de América, al contrario, se usa el pretérito perfecto simple: Me compré una casa el mes pasado. Aunque esta diferencia todavía se mantiene entre escritores y gramáticos y en gran parte en el norte de España.

El pretérito pluscuamperfecto expresa tiempo pasado, su acción se presenta como anterior a otra acción también pasada: Cuando llegaron, ya había hecho la comida. La acción había hecho es anterior a la acción, también pasada, llegaron.

El pretérito anterior se usa muy poco en la lengua escrita y ha dejado de usarse en la lengua hablada. Es un tiempo relativo (antepretérito) y expresa una acción inmediatamente anterior a otra pasada, por lo que su significación temporal no es apreciada en la conciencia del hablante. Ha sido sustituido por el pretérito indefinido o por el pretérito pluscuamperfecto en casi todos los usos y sólo quedan algunas formas en la lengua literaria: Apenas hubo amanecido, se fue.

El futuro perfecto expresa acción futura y acabada, anterior a otra acción futura: Cuando vengáis ya habré ordenado todo. Puede trasladarse al pasado, para indicar una conjetura, la probabilidad de que haya ocurrido la acción: Supongo que habrá llegado.

El condicional compuesto se emplea para indicar una acción futura respecto de un momento del pasado, pero anterior a otro momento que se señala en la oración: Me dijo que cuando yo llegara a casa, ya me habría enviado el paquete; la acción habría enviado es futuro con relación a dijo, pero anterior a llegara. Puede indicar también conjetura o probabilidad en el pasado: En aquel tiempo, él ya había cumplido treinta años.

Modo subjuntivo

El presente puede referirse indistintamente a un tiempo presente: Es preciso que te vayas, o futuro: Es necesario que vayas mañana a clase. Nunca se refiere al tiempo pasado.

El pretérito imperfecto puede indicar presente: Aquí estoy porque si no lo hiciera, te enfadarías; futuro: Me dijeron, que volviera el lunes, y pretérito o pasado: Quedó en llamarme, lo que hizo que me pasara todo el día esperando.

El pretérito perfecto expresa una acción perfecta realizada en una unidad de tiempo que incluye pasado o futuro, pero en la que se siente instalado el hablante: Espero que hayas escrito esa carta (pasado). Cuando la hayas escrito, dímelo (futuro).

El pretérito pluscuamperfecto indica una acción perfecta y pasada, realizada en una unidad de tiempo que ya ha concluido para el hablante: Raro sería que tú no hubieras protestado.

El futuro imperfecto y el perfecto expresan la eventualidad. Se diferencian porque el futuro imperfecto amaré señala aspecto imperfectivo, en oposición al futuro perfecto hubiere amado, que implica el final de la acción. Ambas formas han sido desplazadas por otras, en el español actual, aunque se emplean en textos jurídicos y administrativos. Su uso actual está presente en ciertas zonas de América.

El infinitivo, gerundio y participio del verbo son las formas no personales del verbo, y reciben este nombre por carecer del morfema de persona y número; carecen también de contenido temporal y modal, y se diferencian sólo por su aspecto, perfecto (acción terminada) en el participio e imperfecto (acción en desarrollo) en el gerundio; el infinitivo es también indiferente al aspecto.

Estas formas se utilizan de tres maneras diferentes:

Infinitivo

Muestra la acción fuera de toda perspectiva temporal; únicamente admite la anterioridad respecto al momento del habla u otro especificado en el contexto, si se utiliza la forma compuesta (haber + participio). Su doble carácter verbal y nominal le permite constituirse en núcleo de sintagma nominal o de sintagma verbal:

Funciones

Usos anómalos

El gerundio

Ejercicio de las formas no personales del verbo

Muestra la acción durante su transcurso; indica simultaneidad con el verbo principal.

Funciones

El gerundio puede ser simple y compuesto.

Uso del gerundio

1. El gerundio debe denotar siempre acción simultánea o anterior a la del verbo principal. Nunca posterior a ella.

En la oración "Paseando, me encontré con Gloria", el paseo y el encuentro son simultáneos; durante el paseo se produce el encuentro.

En la oración "Habiendo llegado a la casa, me encontré con Gloria", la acción de llegar es anterior a la de encontrarse: primero llego y luego me encuentro.

2. El gerundio puede referirse a sujeto de la oración principal. En la oración "Paseando, me encontré con Gloria" quien pasea (yo) es el sujeto del verbo principal (encontré).

3. El verbo puede referirse también a un complemento directo, pero solamente en estos dos casos:

  1. Con verbos que denotan percepción o comprensión, como por ejemplo: ver, sentir, oír, observar, distinguir, hallar, etc. Vi a Pedro cenando; Distingo a Chayanne cantando.

  2. Con verbos de representación, como pintar, grabar, dibujar, mostrar, etc. Dibujó un caballo asomándose entre los sauces.

Uso incorrecto del gerundio

1. Cuando denota acción posterior a la del verbo principal. Salió Mario, llamando luego un coche.

2. Cuando tiene valor de adjetivo especificativo, tanto del sujeto como de cualquier complemento.

Ejemplos:

  1. Del sujeto: Se aprobó la ley persiguiendo el contrabando.
  2. Del complemento directo: Redactó la carta explicando su actitud.
  3. De otros complementos: Pasaron por la calle limitando con el bosque.

3. Se emplea mal también cuando, acompañado por el verbo estar, denota una acción instantánea. ¿Quién está dando una explicación? El verbo estar con gerundio denota una acción durativa o repetida, pero no instantánea. Es correcto decir: Pedro está dando gritos.

4. Cuando está mal colocado:

  1. No es lo mismo decir "Vi a José paseando en el jardín" que "Paseando en el jardín, vi a José". En el primer caso el que pasea es José y en el segundo soy yo. El gerundio debe colocarse lo más cerca posible de la palabra a la cual se refiere.

  2. Si el gerundio es absoluto o independiente, es decir si no se refiere a ningún nombre de la oración principal, su sujeto debe posponerse. Así se dirá: "Iluminando la luna, se internaron en el bosque" en vez de decir "La luna iluminando, se internaron en el bosque".

Regla práctica para reconocer el uso correcto del gerundio

El uso del gerundio es generalmente correcto si se puede sustituir por una forma personal del verbo precedida de: mientras, al mismo tiempo que, a la par que, en tanto que, una vez que, no bien, después que.

Paseando, me encontré con Gloria. Mientras paseaba, me encontré con Gloria.

Cenando muy de prisa pudo llegar a tiempo. No bien cenó muy de prisa, pudo llegar a tiempo.

Análisis contrastivo del gerundio en inglés y en español

En los documentos de índole jurídica o comercial, tanto en inglés como en español, se emplean con bastante frecuencia las formas no personales del verbo y, por ende, es muy común el uso del gerundio. En la mayoría de los casos, su uso persigue la objetividad y despersonalización de la acción del verbo.

Si bien hay muchos casos en los que el equivalente gramatical en español de la forma en -ing del verbo en inglés es el gerundio, hay otros tantos en que no es así. Veamos algunos ejemplos:

"...the purpose of setting forth the understanding of the parties"
...el objeto de formalizar el presente contrato
"...in providing the services"
...para prestar los servicios
"Unless otherwise agreed to in writing by the parties..."
Salvo estipulación por escrito en contrario...
Salvo que las partes indiquen lo contrario por escrito...
"...a railroad system linking the Chiliean cities"
...una red de ferrocarriles que una las ciudades chilenas
"...any individuals performing the services"
...toda persona que preste los servicios

En estos ejemplos se ha traducido el gerundio con un infinitivo (formalizar, prestar) precedido de preposición, una locución adverbial de modo (por escrito) o una oración subordinada de relativo (que una, que preste, que surgieren).

En muchos casos, el equivalente en español es simplemente un adjetivo calificativo.

"...together with such supporting documentation"
...junto con toda la documentación suplementaria

A veces ni siquiera es necesario traducirlo y es suficiente usar una preposición. Por ejemplo:

"Lighten or darken colors by adding white or black in small amounts."
Aclare u oscurezca los colores con blanco o negro en pequeñas cantidades.

En otros casos, el gerundio del texto original tiene una sola posibilidad correcta de traducción, la forma presente del verbo, porque si se emplea la misma estructura que en inglés, la frase es inaceptable en español.

"I declare the following to be my Last Will and Testament, hereby revoking
any other former wills by me..."
Declaro por el presente que éste es mi testamento y revoco
cuantos testamentos hubiera otorgado hasta el momento...

No se puede usar el gerundio en la traducción porque el verbo revocar no matiza el significado de disponer ni establece causa, modo, concesión, condición, tiempo, etc.

Por último, vamos a ver algunos ejemplos en que la forma -ing en inglés equivale en español a un gerundio.

"Being now of sound mind, memory and understanding and wishing to make disposition of my property and affairs, I declare..."
En pleno uso de mis facultades mentales y deseando disponer de mis bienes, declaro...
"Wash the grill pan and Steamer/Stir Fry Pan by carefully rinsing the coated surface with…"
Lave la bandeja con parrilla y la bandeja para cocer al vapor o freír enjuagando la superficie revestida con...

Los gerundios de estas oraciones enuncian una acción simultánea al verbo de la oración principal, por lo tanto su uso es correcto.

Participio

Muestra la acción tras su terminación. No admite la forma compuesta. Equivale al adjetivo, y habitualmente se considera como tal más que como verbo. Tiene habitualmente sentido pasivo.

Funciones

A continuación se muestran los verbos con doble participio y los participios irregulares:

Verbos con doble participio
Abstraer abstraído abstracto Enjugar enjugado enjuto Eximir eximido exento
Afligir afligido aflicto Eximir eximido exento Prender prendido preso
Atender atendido atento Expresar expresado expreso Presumir presumido presunto
Bendecir bendecido bendito Extender extendido extensor Pretender pretendido pretenso
Compeler compelido compulso Extinguir extinguido extinto Proveer proveído provisto
Concluir concluido concluso Fijar fijado fijo Romper rompido roto
Confesar confesado confeso Freír freído frito Salvar salvado salvo
Confundir confundido confuso Hartar hartado harto Sepultar sepultado sepulto
Convencer convencido convicto Incluir incluido incluso Soltar soltado suelto
Corregir corregido correcto Invertir invertido inverso Sujetar sujetado sujeto
Despertar despertado despierto Maldecir maldecido maldito Suspender suspendido suspenso
Difundir difundido difuso Manifestar manifestado manifiesto Sustituir sustituido sustituto
Dividir dividido diviso Oprimir oprimido opreso Teñir teñido tinto
Elegir elegido electo Poseer poseído poseso Torcer torcido tuerto



Participios Irregulares
abierto,a,os,as envuelto,a,os,as depuesto,a,os,as
devuelto,a,os,as resuelto,a,os,as indispuesto,a,os,as
predispuesto,a,os,as compulso,a,os,as interpuesto,a,os,as
absorto,a,os,as erecto,a,os,as superpuesto,a,os,as
dicho,a,os,as revuelto,a,os,as descompuesto,a,os,as
prescrito,a,os,as concluso,a,os,as maldicho,a,os,as
abstracto,a,os,as escrito,a,os,as supuesto,a,os,as
dispuesto,a,os,as roto,a,os,as descrito,a,os,as
previsto,a,os,as contrahecho,a,os,as maldito,a,os,as
absuelto,a,os,as exento,a,os,as suscrito,a,os,as
disuelto,a,os,as satisfecho,a,os,as descubierto,a,os,as
propuesto,a,os,as contrapuesto,a,os,as muerto,a,os,as
adscrito,a,os,as frito,a,os,as suspenso,a,os,as
electo,a,os,as sobrepuesto,a,os,as desdicho,a,os,as
recompuesto,a,os,as converso,a,os,as omiso,a,os,as
antedicho,a,os,as hecho,a,os,as transcrito,a,os,as
encubierto,a,os,as sobrescrito,a,os,as desenvuelto,a,os,as
refrito,a,os,as convicto,a,os,as opuesto,a,os,as
antepuesto,a,os,as impreso,a,os,as transpuesto,a,os,as
entreabierto,a,os,as sofrito,a,os,as deshecho,a,os,as
rehecho,a,os,as correcto,a,os,as pospuesto,a,os,as
antevisto,a,os,as impuesto,a,os,as visto,a,os,as
entredicho,a,os,as subscrito,a,os,as despierto,a,os,as
reimpreso,a,os,as corrupto,a,os,as puesto,a,os,as
circunscrito,a,os,as suelto,a,os,as vuelto,a,os,as
entrepuesto,a,os,as cubierto,a,os,as desprovisto,a,os,as
repuesto,a,os,as inscrito,a,os,as predicho,a,os,as
compuesto,a,os,as sujeto,a,os,as  
La voz gramatical

Como recordarás, el verbo sufre diferentes tipos de accidentes gramaticales entre los que se encuentran: la voz (gramática), el modo, el tiempo, el género, el número y el aspecto. En esta ocasión, vamos a prestarle detenida atención a la categoría gramatical que indica la relación existente entre el sujeto, el verbo y el objeto, o en otras palabras, a la voz.

Hasta el momento, en todas las formas verbales que hemos conocido, hay una persona que realiza la acción, o que tiene la posibilidad o el deseo de realizarla. A eso es a lo que llamamos un verbo en voz activa. Sin embargo, existe otra posibilidad, que es que la acción del verbo, el efecto de ella, ya sea un beneficio o un daño, recaiga sobre una persona: a eso llamamos un verbo en voz pasiva. La oposición se establece entre voz activa y voz pasiva.

Voz activa

El sujeto gramatical coincide con el agente de la acción expresada por el sujeto, acción que se ejerce sobre un objeto: Luis compra unos libros.

Voz pasiva

Esta conjugación verbal se construye utilizando el verbo ser como auxiliar, y el participio del verbo cuya acción se desea expresar. Por ejemplo:

Como has visto en los ejemplos, el verbo conjugado según la persona y el número correspondiente es el verbo ser, aunque el participio del verbo que lo acompaña también debe estar en concordancia con ellos. El sujeto gramatical recibe o padece la acción del verbo, coincide con el objeto. El agente puede estar especificado o no.

La voz pasiva sólo puede darse con verbos transitivos: Unos libros son comprados por Luis. La construcción en voz pasiva supone que el objeto de la acción pasa a primer plano en la atención del hablante, en detrimento del agente de la misma: La casa fue construida por mi padre; Ha sido sitiada la ciudad.

Pasiva refleja

Se da en ciertas construcciones en voz activa con el pronombre se, y que tienen significado pasivo: Se construyen pisos. El sujeto gramatical representa al ser que recibe la acción: 'pisos'. Se es un morfema que pone de manifiesto que el sujeto gramatical debe interpretarse como objetivo, no desempeña ninguna otra función sintáctica, se puede analizar como morfema de voz pasiva. El agente de la acción no está especificado.

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